Podemos darnos cuenta de cómo es una persona o una familia por su casa, por la decoración,
la ambientación, cada espacio y el uso que se les da. Casa casa tiene una personalidad propia
y esta le fue impuesta por sus habitantes, por supuesto qué hay todo tipo de casas, desde la
más sencilla y minimal hasta la más recargada pasando por las surrealistas y no pueden faltar
las eco-friendly o biofílicas como ahora se les dice. En lo personal me gustan los espacios
sencillos, amplios y elegantes con detalles sofisticados y únicos de esos que no se encuentran
en cualquier parte, un poco tirándole al surrealismo pero sin caer en el exceso.

En los últimos años ha habido una explosión de estilos y diseños que luego se han convertido
en tendencia y la mayoría de quienes adquieren una nueva vivienda o contratan a un arquitecto
y/o diseñador terminan pidiéndoles que les hagan la casa como la de la revista, o como la de
su amiga o como las que han visto que están en boga; al principio todos felices pero con el
paso del tiempo se van dando cuenta de que ni el estilo ni la personalidad de la vivienda tiene
que ver con su personalidad o estilo de vida, mucho menos con los requerimientos que
deberían cubrir sus necesidades y finalmente acaban por vender la propiedad o por
aguantarse y seguir ahí por años, lo cual les lleva a cambios de ánimo, de carácter y en
ocasiones hasta a enfermarse.

Un consejo es que si vas a adquirir o a construir una vivienda, no sigas la moda, elige a tu
arquitecto por quien es y por el estilo que El mismo ha creado en cuanto a su experiencia, de
eso se trata la arquitectura, de adaptar el espacio a tus necesidades y que de acuerdo a tus
experiencias de vida el estilo surja por sí mismo basándose en la creación del arquitecto.
Vive tu casa, disfrútala, ámala, es la biografía de tu vida